Es la cefalea más común; el dolor típicamente bilateral, es moderado en su intensidad. Puede ser fuerte en las áreas temporales y occipital y no se incrementa con el movimiento. Se diferencia de la migraña en que las cefaleas no producen ni náuseas ni vómitos aunque existan fotofobia y fonofobia. Muchos pacientes sufren tener cefalea todos los días con sensación dolorosa en el cuello con extensión a la zona occipital. El dolor puede durar desde horas a días, incluso semanas, y se asocia con estrés emocional; probablemente es la respuesta fisiológica a la ansiedad, la hostilidad represada o el temor. La contracción muscular sostenida puede ser el factor desencadenante más importante y acontece en las sesiones de alta concentración intelectual o en recorridos extensos al volante con una posición rígida del cuello.
Hay dos tipos de cefalea tensional. El tipo agudo es relativamente corto en duración y comúnmente precipitado por fatiga, estrés, crisis familiares o laborales. El tipo crónico representa una situación algo diferente: el dolor es constante y no disminuye por días, semanas e incluso meses. Se considera que es una cefalea crónica si sucede dos o más veces semanalmente durante algunos meses o más.
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